Hoy os voy a comentar una mascarilla que resulta perfecta después de una buena limpieza, es astringente pero además es una gran mascarilla antiarrugas.
Tenéis que guardar las cáscaras de los huevos utilizados para cocinar, se necesitan cinco o seis. Hay que quitarles la especie de telilla que tienen por dentro y después, poner las cáscaras a secar al sol durante diez días. Después de ese tiempo, pulverizarlas, se puede hacer con la thermomix o bien con un rodillo de madera, de los que usamos para amasar, con ello obtendremos unos polvos extremadamente finos, tiene que ser tan fino como el azúcar glass. Los mezclaremos con una cucharada sopera de miel y de la pasta que conseguiremos nos pondremos una capa por todo el rostro. Hay que dejarla actuar unos 15 ó 20 minutos, después la retiraremos con agua tibia y pondremos a continuación una loción suavizante.